lunes, 22 de abril de 2013

LOS GRUPOS DE CUMBIA HUAYñO LLEGAN A COBRAR HASTA 3 MIL DóLARES POR CONCIERTOS EN EL EXTERIOR DEL PAíS

Las pequeñas de Las Chismositas tienen el sueño de algún día ser estrellas. En principio actuaron en reducidas fiestas populares, después en salones de baile citadinos de varios departamentos del país y pronto esperan pisar escenarios de: Estados Unidos, España, Brasil, Chile, Perú, Ecuador y Argentina.

Las Chismositas son cuatro niñas de entre 7 a 10 años: Daniela Balanza, Lizbeth Choque, Elieth Peña y Daeli Escóbar. Con las polleras y trenzas que visten al interpretar la cumbia huayño, están seguras que llegarán a cumplir sus sueños, así como las centenares de jovencitas que ya son verdaderas estrellas.

El huayño cumbia, una fusión entre el huayño peruano, boliviano y variados tipos de cumbia, como la villera argentina, es un fenómeno musical que ha cobrado fuerza desde el 2006, cuando en Potosí aparecieron Las Conquistadoras. Fue un grupo de jovencitas que, vistiendo polleras, peinando trenzas y zapateando al son del charango, conquistó a miles de fanáticos.

No han pasado ni seis años de eso y hoy existen más de 300 grupos de “cholitas” acompañadas de jóvenes galanes que interpretan los instrumentos, todos viviendo de la música y disfrutando de la fama.

Esa fama es la que quieren Las Chismositas, uno de los pocos grupos infantiles de huayño cumbia del país. A su corta edad, las noveles cantantes y bailarinas dicen sentirse orgullosas de vestir polleras, aunque sólo las llevan para subir al escenario.

Ellas, pero en particular sus padres, saben que la pollera y el pegajoso ritmo del huayño cumbia pueden cambiarles la vida. No es para menos. A pocos meses de haber lanzado su primer disco con canciones recopiladas, los contratos son mayores y el costo por actuación ya subió de Bs 1.500 a 2.000.

Las Chismositas y Los Pingüinos del Huayño, jóvenes que las acompañan con instrumentos, sólo son principiantes. El verdadero estrellato ya lo tienen Las Consentidas, Las Sabrositas, Las Carilindas, Las Únicas, Las Sureñas, Las Princelindas, Las Convencidas, Las Traicioneras del Amor, Las Vanidosas, entre muchas otras agrupaciones, principalmente de Cochabamba.

Según la Asociación Departamental de Músicos, en Cochabamba, aunque no sea la cuna del movimiento musical, existen más de 250 agrupaciones de huayño cumbia. Le siguen Oruro, Potosí y La Paz, donde se estima que en cada departamento hay un promedio de entre 10 a 15 conjuntos.

El éxito que alcanzaron los grupos, formados principalmente por jóvenes de entre 15 y 25 años, hoy les permite cobrar entre 500 a 800 dólares por la actuación en locales bailables como Los Ex-Duraznitos, Las Primaveras y Los Molles, entre otros.

“El precio sube un poquito más si vamos a actuar a otros departamentos”, indica Julián Rodríguez, director de Las Consentidas y Los Solitarios del Amor, una agrupación que ha comenzado a exportar su talento.

Rodríguez precisa que cobra Bs 6 mil por actuación en el interior del país, mientras que, fuera de las fronteras, el recital llega a 1.500 dólares, “aparte de los viáticos, pasajes y hotel”.

Las Sabrositas y Los Coquetos del Huayño es otra de las agrupaciones que encontró en la interpretación del “huayño sabrosito” -un estilo propio creado por el director, compositor y tecladista del grupo, Beimar Aguilar- una fuente de ingresos y despliegue de creatividad.

En sus tres años de trayectoria, Las Sabrositas son las que más cobran y más contratos tienen no sólo en la ciudad o las provincias de la Llajta, sino en otros departamentos y fuera del país.

Aguilar revela que el show de Las Sabrositas cuesta 3 mil dólares en el exterior, mientras que en el país este puede llegar hasta los mil dólares.

Con su ritmo y coreografía, en la que destacan movimientos sensuales y coquetos, Stefany Aguilar (primera voz), Jeaneth Sandóval, Gaby Almendras y María Luisa Delgado (coristas y cuerpo de baile), han conquistado al público argentino, peruano, brasileño y chileno. Pronto esperan también cosechar aplausos en Ecuador, Estados Unidos y España, donde tienen comprometidas varias actuaciones.

Así como ellas, Las Únicas (Pamela Magnani y Alicia García), se jactan de haber actuado por ejemplo, en el Fantástico Bailable, uno de los salones de fiesta más famosos de Buenos Aires.

Tanto las cantantes como los intérpretes de varias agrupaciones de huayño zapateado, admiten que esta música les da para la subsistencia y llevar una vida cómoda.

Stefany Aguilar, la estrella de Las Sabrositas y el director del grupo, su hermano Beimar, han contribuido enormemente a la economía de su familia. Aguilar asegura que, gracias a la fama y al dinero conseguido, han podido hasta construir su casa.

“En principio, el sueño no era triunfar sino generar economía”, dice Beimar al agradecer “a Dios” por tanta suerte, ya que al mes que lanzaron al mercado su primer disco, hace cuatro años, los contratos “se dispararon”.

Cuenta que la demanda es tal que su agenda está copada hasta el próximo año.

Lo mismo ocurre con las otras jovencitas, que han encontrado en la interpretación del huayño cumbia y en vestir polleras y peinar trenzas sólo para el escenario, una verdadera mina de oro.

Beimar señala que un 90 por ciento de las intérpretes, que, en su mayoría, cursan todavía el colegio y un reducido número la universidad o realizan trabajos independientes, son jovencitas que no tienen como atuendo diario la pollera y las trenzas, aunque tienen familiares que sí visten así.

Stefany, la más popular de las intérpretes, toma una de las decenas de polleras brillosas y de colores llamativos que tiene sólo para ir a una presentación. De lunes a viernes, es una joven que luce un clásico jean, una polera y el pelo suelto, “nada de trenzas”.

A diferencia de Stefany, María Luz Moya, la primera voz de Las Consentidas, retomó la pollera -su “atuendo original”- después de haberla dejado por un tiempo por “temor a ser discriminada en la universidad”.

“Soy feliz de llevar la pollera, porque así como soy me aceptan y me aplauden cuando subo al escenario”, dice Moya, una joven comunicadora graduada en la Universidad Católica Boliviana, que para actuar no duda en calzar unos puntiagudos y altos tacones para ejecutar el ruidoso zapateo.

La mayoría de los grupos de huayño cumbia ha grabado de uno a tres discos compactos. Productoras como Banana Records, Magia Records, JB Producciones, Gregory Récord, Viobel Producciones, entre muchas otras, no sólo graban la música sino que la distribuyen y realizan los videoclips.

Para los productores no es buen negocio grabar discos debido a la piratería musical que reina en el país, por lo que grupos de este singular género musical buscan y pagan para que les produzcan un CD.

Los directores de Las Sabrositas y Las Consentidas, Beimar Aguilar y Julián Rodríguez, respectivamente, dicen que la piratería es, por un lado, un perjuicio, pues impide generar recursos por la venta de sus discos. Sin embargo, admiten que el acto ilegal a la vez es “una bendición”, ya que, por los discos piratas que se venden en las ciudades y el campo, la gente los conoce y requiere a las más famosas agrupaciones.

Camino a lograr esa fama están Las Chismositas, que por las noches ensayan coreografías y cantan para mañana conquistar el mercado internacional, llevando en alto las polleras y las trenzas de la chola cochabambina.

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